La marcha de familiares de personas desaparecidas el pasado 10 de mayo, del monumento de la Madre al Ángel en la Ciudad de México sigue siendo un punto de encuentro para colectivos organizaciones y medios de comunicación que acompañan a las víctimas. Incluso ahora están presentes instituciones públicas responsables de combatir este delito que ha tenido consecuencias nefastas para miles de familias.
Hijo, escucha tu madre está en la lucha…
Foto: Patricia Morales
En la calle tomando Reforma caminamos, protestamos, resistimos y exigimos justicia y verdad. Pero esta lucha no se puede hacer sin esperanza y es increíble la manera de reconocer los avances en lo más complicado:
- A pesar de que son más de 100,000 casos de personas desaparecidas es un avance que el Registro Nacional visibilice estas cifras de manera pública y que se actualice a diario.
Señor, señora no sea indiferente, secuestran nuestros hijos en la cara de la gente…
- Aunque no hay casi sentencias es un hecho que cada vez hay más procesos que se acercan a los máximos responsables. En Veracruz, Nayarit y Oaxaca podemos dar cuenta de ello.
- Aún cuando las mujeres desaparecidas son el 24% de los casos del registro nacional, la sociedad ya empezó a darse cuenta de este grave problema y de sus repercusiones para las adolescentes y mujeres jóvenes en el país. Hoy contamos con más medios de comunicación interesados en estos casos y una mayor denuncia de los mismos.
- También nos dimos cuenta que la desaparición de mujeres es la antesala a muchos casos de feminicidio, hay más de una alerta de género que los estados han acatado por esta grave violación y empezamos a contarla como parte del fenómeno de la violencia feminicida en el país.
- Se dirá que hay revictimización constante, pero las familias no están solas, los colectivos se han multiplicado y se cuenta con la formación de mujeres voceras y representantes empoderadas reunidas en colectivos, que conocen el marco legal nacional e internacional y se apoyan entre si para lograr respeto y garantías para sus derechos.
- Finalmente, la comunidad internacional tiene los ojos puestos en las desapariciones en México y es cuestión de tiempo y voluntades políticas (unas más proclives a encarar la magnitud del problema que otras) que se reconozcan en su conjunto como una grave violación a los derechos humanos sistemática y generalizada en un contexto de violencia que se presenta en todo el territorio nacional.
¿De quién es la palma? De los desaparecidos…
Foto: Patricia Morales
Así que cada año y con mayor fuerza, a pesar de la pandemia o de los costos que se asumen para acudir a la marcha, las familias se reúnen, las pancartas, pasacalles y consignas atraviesan el alma con los mensajes más fuertes de las madres que no pueden festejar sino denunciar, gritar y marchar.
La sociedad puede ver como familias enteras se reúnen con la camiseta donde aparece su familiar desaparecido, de todas las edades, de todos los géneros, a pesar de los problemas de caminar bajo el sol inclemente de la temporada, amparadas por el símbolo de la madre que cuida y protege, gritando en el Ángel que recibe todas las protestas sociales, el dolor y la indignación de este problema.
Las marchas futuras hablarán cada vez más con la verdad y desde la memoria. Lo que no se diga en los tribunales se gritará con más fuerza cada año, la imagen y la voz de los desaparecidos revivirá en sus familias, las mujeres mexicanas acudirán al llamado de quienes permanecen ausentes y serán cada vez más aguerridas, porque luego de buscarlos y en el mejor de los casos encontrarlos, no hay resignación hasta no conocer lo sucedido y señalar a los culpables.
Ahora, ahora se hace indispensable, presentación con vida y castigo a los culpables
El augurio está en la consigna:«¿Qué queremos? Justica ¿Cuándo? Ahora. Ahora se hace indispensable presentación con vida y castigo a los culpables«
Texto: Silvia Chica Directora del IMDHD