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Valeria

Sentencia: 10 años de prisión en contra del agresor por corrupción de menores con fines sexuales

Logro: La Juzgadora reconoció la importancia de la reparación integral del daño calculada a la luz de los estándares internacionales establecidos por la Corte IDH, condenando al agresor al pago de la reparación del daño material e inmaterial.

Valeria es una adolescente que estudiaba por las mañanas y por las tardes apoyaba a su mamá vendiendo comida en el Centro de la Ciudad de México. En 2018, cuando tenía 12 años, comenzó una amistad con un hombre de 38 años que vendía en la misma calle que ella y su madre. 

El hombre, José N, comenzó a acercarse cada vez más a Valeria. Le escribía mensajes por redes sociales diciendo que quería conocerla, hasta que la convenció de iniciar una relación.

Yo viví una situación de violencia. Un hombre mayor que yo por 25 años llevaba una relación de maltrato hacia mí. Yo lo denuncié gracias a que mi mamá me ayudó y yo retomé mi vida.

Valeria

El día 16 de octubre se salió de su casa y se fue a vivir con José N. Ahí estuvo por dos meses privada de su libertad en virtud de que él no la dejaba salir de su cuarto. Al no saber de su paradero, la madre de Valeria activó una alerta Amber por su desaparición.

Valeria fue manipulada constantemente y fue víctima de violencia física, sexual y contra los derechos reproductivos. Además, estuvo por dos meses privada de su libertad en casa de él, ya que no la dejaba salir. 

Fue hasta el 23 de diciembre de 2019 que logró salir de ese cuarto únicamente porque José N le pidió que hablara con su mamá para que quitara la alerta Amber y no lo metiera a en problemas.

Yo no sabría que hubiera sido de mí y si seguiría con vida, porque llevaba una vida de violencia con él, que me sorprende como pude aguantar tanto, quedarme callada tanto y perdonarle tanto. Opino que haber denunciado fue la mejor decisión que pude haber tomado. Fue más obstáculo el hecho que yo no quería (denunciarlo) por miedo a que él me hiciera algo.

Valeria

Una vez que Valeria pudo volver con su madre, Elizabeth, le comentó que estaba embarazada, por lo que la apoyó para interrumpir legalmente su embarazo y la llevó a un refugio para mujeres y niñas víctimas de violencia. Fue en ese momento que se presentó una denuncia penal en contra del agresor  por el delito de corrupción de menores con fines sexuales. 

Proceso legal por el área jurídica del IMDHD 

Durante la audiencia de juicio oral se desahogaron diversos medios de prueba testimoniales y periciales, en donde se evidenció que durante la “relación” de José N con Valeria hubo violencia física, simbólica, psicoemocional, sexual y contra los derechos reproductivos.

Se demostró que la edad le permitía al agresor manipular a Valeria para que ella accediera a sus pretensiones y que existió todo el tiempo una asimetría de poder.

Los peritos en psicología afirmaron que Valeria requería atención médica especializada derivado de las afectaciones que tenía por los hechos. Asimismo, señalaron que la edad y el género de Valeria la coloca en un estado de vulnerabilidad frente a José N, quien la llevó a una conducta sexual no consentida y quien tenía actitudes tendientes a modificar o dirigir a su conveniencia el comportamiento de Valeria, como por ejemplo, convencerla para iniciar relaciones sexuales, mudarse juntos y ser novios.

La defensa intentó establecer que lo que había entre José N y Valeria era una relación amorosa de pareja, en donde se habían comprometido a estar juntos y tener una vida en común. Sin embargo, quedó establecido que él ejerció presión, manipulación y poder sobre Valeria para obligarla a hacer lo que él quería. Con todas las pruebas, la Jueza determinó la plena responsabilidad penal de José N por el delito de corrupción de menores con fines sexuales.

En 2022 se logró obtener una sentencia de 10 años de prisión en contra del agresor, sin embargo, tal como sucedió con el caso de Rihanna, la Jueza determinó que la conducta desplegada no ameritaba el grado máximo de culpabilidad, por lo que no sentenció a la pena máxima, sino a la mínima.

Cuando le dieron la sentencia sentí paz, porque el proceso que tanto me costó de decir o de enfrentarlo, a través de un juez, de abogados y pruebas que tuvieron que pasar, en el momento que le dieron la sentencia sentí paz.

Valeria

La situación anterior genera que se consoliden precedentes contrarios a los estándares en materia de derechos humanos de las infancias, pues ignora por completo todas las afectaciones que tienen las niñas derivado de los hechos de violencia y el impacto que tienen en su existencia y su proyecto de vida.

Por otro lado, un aspecto positivo de la resolución es que la Juzgadora reconoció la importancia de la reparación integral del daño calculada a la luz de los estándares internacionales establecidos por la Corte IDH, condenando al agresor al pago de la reparación del daño material e inmaterial.

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