José Francisco Santos Benítez
Entonces yo ya había perdido la esperanza, no puedo decir que la fe, la fe no la he perdido, pero la esperanza de que ya no se podía hacer nada. Ya han pasado muchos meses, y años, y yo estaba ya entregado a Dios de que si vivió, qué bueno, y si no vivió, pues ya, ya ni modo.Nada más que no sabemos en qué parte él se encuentre sepultado, si se le puede llamar. Todavía estoy con esa esperanza, de encontrar a mi hijo.