Fernanda Cadena tenía 25 años y una hija de 8 años, cuando fue privada de la vida el día 21 de abril de 2017 por un arma de fuego accionada por su entonces pareja Samuel N, con quien había iniciado una relación en 2016 y en la que fue víctima de diferentes tipos de violencia que resultaron en su feminicidio.

En un inicio, las autoridades ministeriales habían clasificado los hechos como un homicidio culposo (es decir, que no había intención) debido a la falta de perspectiva de género y de análisis del contexto durante la investigación.

En 2019, el caso de Fernanda Cadena forma parte de la recomendación 9 – 2019 de la CDHCDMX en la que determinan que la fiscalía no actuó con el debido proceso, no obstante en julio de 2021 la misma fiscalía solicitó la vinculación a proceso a Samuel N por el delito de homicidio culposo. 

El IMDHD comenzó  acompañar el caso de Fernanda en julio del 2021, como parte de la estrategia jurídica se solicitó que en cumplimiento a la recomendación y por tratarse de una muerte violenta, se continúe la investigación ante la fiscalía especializada de feminicidios, en donde se requirieron diversos actos de investigación para que se acredite que el disparo que le quitó la vida a Fernanda no fue un accidente. Es así que el 11 de julio del 2022 se logró que en audiencia intermedia la fiscalía solicitara la reclasificación a feminicidio.

En abril de 2023 se logró una sentencia condenatoria de 37 años de prisión.

A pesar de que el caso se resolvió a favor de la familia, es importante resaltar, que la autoridad jurisdiccional determinó que la conducta desplegada por el imputado no ameritaba una sanción mayor, sin realizar un análisis holístico del contexto de violencia en que se dio el feminicidio de Fernanda.

De igual forma, el Juez omitió condenar a una reparación integral del daño, pues no tomó en consideración los estándares de la Corte Interamericana relacionados con el daño moral y el proyecto de vida.