Sandra Karina, una joven talentosa de 27 años, ejercía su profesión de ingeniera y compartía su vida con Luis Iván Rodríguez Figueroa. Sin embargo, la trágica noche del 18 de mayo de 2020 cambió el curso de su historia.

Sandra y Luis se encontraban en la residencia que compartían en común. En esas horas de la madrugada, Luis Iván, despiadadamente, aprovechó el estado de vulnerabilidad de Karina, quien había consumido alcohol. La tomó del cuello y, de manera atroz, la asfixió, privandola de su vida.

Este crimen escalofriante conmovió a la comunidad y sumió a la familia de Sandra en una profunda desolación por la pérdida de un ser querido lleno de vida y promesas. La brutalidad de este acto despertó la indignación y la búsqueda de justicia en la sociedad.

El Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia (IMDHD) tomó la responsabilidad de llevar el caso en la etapa de juicio. Durante este proceso, se llevó a cabo un minucioso desahogo probatorio, donde se recopilaron todas las pruebas necesarias para establecer la culpabilidad del acusado. Como resultado de un trabajo incansable en la búsqueda de justicia, se logró obtener una sentencia condenatoria, condenando a Luis Iván a 55 años de prisión por el delito de feminicidio.

Inicialmente, el juez de primera instancia había dictado una sentencia vitalicia, reconociendo la gravedad de la ofensa. Sin embargo, el sentenciado apeló la condena y logró que se le redujera. En la actualidad, está en curso un proceso de amparo en contra de esta resolución, lo que resalta la necesidad de garantizar que se haga justicia y se protejan los derechos de las víctimas en un caso tan delicado como este. Este caso es un testimonio de la lucha continua por la justicia en busca de poner fin a la violencia de género y garantizar que los culpables enfrenten las consecuencias de sus acciones.