Por Edgar Cortez Moralez
A continuación comparto algunas reflexiones sobre mi paso por el Mecanismo Extraordinario de Identificación Forense (MEIF) y las razones, desde mis perspectivas, por las que este proyecto se malogró.
El MEIF inició como una propuesta de los colectivos de familiares de personas desparecidas, planteada ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en mayo de 2019. Esta proposición fue aceptada por el subsecretario de derechos humanos, Alejandro Encinas, en nombre del gobierno mexicano.
A partir de ahí se desarrolló durante varios meses, un proceso de discusión para acordar las características del MEIF, en el que participaron representantes de colectivos de familiares de personas desaparecidas, de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB), de la Fiscalía General de la República (FGR), de la Conferencia Nacional de Procuración de Justicia (CNPJ), la Subsecretaría de Derechos Humanos y la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos (ONUDH), entre otras.
Los acuerdos alcanzados dieron cuerpo al Acuerdo de Creación del Mecanismo Extraordinario de Identificación Forense que fue aprobado el 5 de diciembre de 2019 en la sesión del Sistema Nacional de Búsqueda y publicado el 19 de marzo del 2020 en el Diario Oficial de la Federación (https://bit.ly/3xZYFjb).
La siguiente etapa abarcó la discusión, entre los actores previamente señalados, sobre los perfiles de las personas que integrarían el grupo coordinador y de qué institución podría depender el MEIF para asegurar su autonomía. Para lo primero se determinó que serían siete personas, cuatro forenses, una con experiencia en cooperación internacional, otra con experiencia en acompañamiento psicosocial y una más con experiencia en temas legales. Respecto del segundo asunto se acordó que el MEIF fuera un proyecto bajo la administración del Fondo de Población de naciones Unidas (UNFPA). Agencia que no tenía ninguna experiencia en temas de desaparición de personas y menos en asuntos forenses.
En marzo de 2021 UNFPA publicó la convocatoria para seleccionar a las siete personas integrantes del grupo coordinador y el proceso concluyó a inicios de julio con la selección de las mismas.
El 30 de agosto de 2021 se hizo la presentación pública del inicio del MEI, evento encabezado por el subsecretario de derechos humanos, Alejandro Encinas. En esa ocasión el subsecretario manifestó que ojalá en pocos meses el MEIF tuviera las primeras identificaciones.
Un deseo similar expresó el subsecretario en distintas ocasiones, lo que dejaba ver su necesidad de contar con prontos resultados, pero también mostraba que no reconocía la evidencia de las experiencias sobre identificación en el mundo: la identificación humana son procesos de largo plazo, nunca inmediatos.
Una vez que las siete personas arrancaron su trabajo, tomaron conciencia que únicamente había un grupo coordinador y ellas no constituían el MEIF, pues conforme al acuerdo de creación, éste tendría que ser un gran equipo de forenses con capacidad de intervenir a lo largo y ancho del país. La distancia para cumplir lo que establecía dicho acuerdo era enorme.
Una de las tareas iniciales fue planear cómo acometer la tarea de identificar unos 52 mil cuerpos, según los datos disponibles. Lo que el equipo coordinador logró construir fue un modesto plan de trabajo para el 2022 acorde con los pocos recursos disponibles. Dicho plan fue calificado de insatisfactorio pues algunos actores esperaban un gran plan estratégico de largo plazo.
Otra de las primeras tareas consistía en elaborar un “estudio diagnóstico” que debía preceder al plan de trabajo. El grupo coordinador discutió al respecto, consideró que en el corto plazo un estudio diagnóstico sólo podría ser una repetición de los datos ya existentes, los cuales eran proporcionados por las mismas autoridades responsables, pero sin manera de verificarlos. Por tanto, el grupo coordinador del MEIF, consideró que un aporte significativo sería el trabajo de campo que hiciera posible cotejar datos y contribuir a determinar la cifra de cuerpos sin identificar más apegada a la realidad.
Otra de las tareas principales fue buscar acordar las “bases de colaboración” con la Conferencia Nacional de Procuración de Justicia (CNPJ) como paso previo a los acuerdos de colaboración con las fiscalías locales. Tarea que resultó imposible pues la Conferencia cuestionaba que el MEIF no contaba con personalidad jurídica y por tanto no estaba facultado para acordar las bases.
Era cierto que el MEIF no tenía personalidad jurídica y la razón es que éste fue uno de los puntos en que nunca se logró acuerdo en la mesa de trabajo entre autoridades y familiares de personas desaparecidas donde se perfiló el MEIF. Este diferendo fundamentalmente se da entre la FGR junto con la CNPJ en abierta oposición a la CNB.
Para superar esta dificultad el MEIF propuso que las bases de colaboración fueran suscritas por el UNFPA dado que el MEIF era un proyecto bajo su administración. La CNPJ consideró que al proponer que la suscripción la hiciera una organización internacional era necesario la intervención de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).
En el mes de marzo 2022 la Dirección General de Derechos Humanos de la SRE convocó a una reunión entre FGR, la CNPJ, UNFPA y el grupo coordinador del MEIF, donde propuso que organizaría una siguiente reunión, convocando además a CNB y SEGOB, y encontrar una solución definitiva a la falta de personalidad del MEIF. Dicha reunión nunca sucedió, pues aquella no la organizó y el cuestionamiento subsiste a la fecha.
Estas situaciones y algunas otras mostraron que el grupo coordinador del MEIF quedaba atrapado entre las fuertes diferencias entre la FGR versus la Subsecretaría de Derechos Humanos de SEGOB y la CNB.
Frente a esta dificultad insalvable el grupo coordinador optó por buscar el contacto con algunas fiscalías locales y explorar la posibilidad de trabajar con ellas de forma directa, pues ahí radicaba la mayor necesidad en términos de identificación humana, y cada fiscalía podía aprovechar su autonomía para decidir si les interesaba la colaboración del MEIF.
Con esta idea el grupo coordinador sostuvo reuniones con algunas fiscalías y comisiones locales de búsqueda, se visitaron algunos estados, lo que permitió organizar una lista de instituciones interesadas que luego contrastamos con las necesidades existentes en los estados según las cifras de cuerpos sin identificar, de esta manera perfilamos algunas entidades dónde podríamos empezar con el trabajo propiamente de identificación.
Una decisión que afectó las perspectivas para el MEIF fue la iniciativa de creación del Centro Nacional de Identificación Humana (CNIH). La CNB le informó al MEIF en diciembre de 2021 de dicha iniciativa y nos solicitó una opinión, la cual entregamos el 20 de diciembre. Entre las consideraciones estaban:
- Que la propuesta del CNIH resultaba pertinente frente a la enorme necesidad de identificación humana.
- Las facultades del CNIH era similares a las del MEIF y para evitar que eso se convirtiera en un problema era necesario clarificar como se coordinarían ambas y el papel que correspondería al MEIF.
- Que tanto el MEIF como el CNIH seguirían enfrentando la limitante que representaba que las fiscalías estaban fuera de este modelo de identificación, toda vez que éstas eran quienes tenían la información y los cuerpos que se requería identificar.
Junto con las consideraciones se propuso a CNB tener un diálogo detallado, lo cual nunca paso y finalmente el 27 de abril de 2022 se aprobaron los cambios a la Ley General de Desaparición para dar paso a la creación del CNIH.
Un primer efecto de este proyecto fue cerrar las posibilidades de la cooperación internacional. El MEIF a través de la persona especialista en cooperación estuvo trabajando para conseguir apoyos de esta fuente y aunque encontró cierto interés, el CNIH resultaba mucho más atractivo pues le permitía a la cooperación internacional financiar la creación de una institución ordinaria a cargo del gobierno, mientras que el MEIF era sólo una institución extraordinaria y aún en ciernes.
La segunda consecuencia fue que el CNIH resultó ser la apuesta fundamental del gobierno federal, dándole toda la prioridad tanto en atención política como en disposición de recursos. Creo que se puede decir que a partir del arranque del CNIH el MEIF quedó como un pequeño apéndice en la tarea de identificación.
Una tercera consecuencia es que las posibilidades de trabajo del MEIF se fueron condicionando. En el mes de marzo de 2022 presentamos a la CNB una lista de estados en los que considerábamos existían posibilidades de colaboración, frente a lo cual la CNB nos dijo que teníamos que empezar en San Luis Potosí (SLP) pues ahí había un supuesto centro de identificación humana y el gobierno del estado le había manifestado disposición para colaborar.
El grupo coordinador tuvo que asumir esa propuesta pues no había alternativa. Finalmente, el 28 de abril se firmó el convenio de colaboración con la Fiscalía y con la Comisión Estatal de Búsqueda de SLP. Con la Fiscalía se logró en el mes de agosto de 2022 que el MEIF instalará un equipo de forenses para realizar el análisis de su información y la identificación de cuerpos.
Mientras que el trabajo con la Comisión local de búsqueda se tornó casi imposible. Primero porque no había tal centro de identificación humana sino sólo un laboratorio de genética que sólo contaba con 3 personas y además no eran idóneas. Lo más grave es que había problemas de corrupción pues los equipos que se licitaron no era lo que realmente existía en el laboratorio. Dicha situación hasta la fecha continúa sin investigarse.
El 17 de junio de 2022 se firmó el convenio de colaboración con la Fiscalía de Tamaulipas, pero cuando el grupo coordinador avanzaba en un plan de trabajo concreto, la CNB determinó que en
ese estado el MEIF no intervendría, la razón fue que ahí ya se había invertido mucho dinero del gobierno federal y existían posibilidades de resultados casi inmediatos. Así que tales resultados deberían ser para el CNIH y no para el grupo coordinador del MEIF.
En noviembre del mismo 2022 se logró el convenio de colaboración con la Fiscalía y la Comisión de Búsqueda de Zacatecas. A la fecha sólo existe el convenio y nada más.
Vale reconocer que muchas de estas decisiones fueron difíciles de tomar pues el equipo coordinador no alcanzaba una visión homogénea, existía diversas visiones entre los forenses respecto de la metodología de identificación, sobre la forma de integrar el trabajo psicosocial y la participación de las víctimas, así como si se tenía que pugnar por hacer efectiva la autonomía que las familias exigían o bien plegarse a las determinaciones gubernamentales.
El 31 de julio del 2022 concluyó el contrato anual de trabajo para las siete personas del grupo coordinador y para entonces sabíamos que sólo se contaba con el presupuesto inicial que permitía cubrir parcialmente los gastos hasta el 31 de diciembre. La incertidumbre sobre los recursos que podría contar el MEIF, sumada a las dificultades existentes, hizo que uno de los expertos forenses decidiera no renovar el contrato, mientras que a 3 personas se les ofreció un contrato de 3 meses y a las otras 3 por cinco meses.
La razón que dio UNFPA era que había presupuesto limitado, pero eso era una explicación insuficiente respecto de la extensión diferenciada.
El 1 de agosto de 2022 UNFPA informó al equipo coordinador que se haría una evaluación externa del trabajo del MEIF, con lo cual se estuvo de acuerdo, pero no dejaba de extrañar que ese mismo día ya estaba publicada la convocatoria para buscar a los evaluadores. Posteriormente entendimos que hubo un acuerdo entre UNFPA y CNB para modificar el número de integrantes y su tarea del MEIF, esta decisión nunca se nos comunicó con claridad.
El discurso que UNFPA sostenía en relación con la evaluación era que se pretendía mejorar el trabajo, pero pronto empezó a aparecer el discurso de que tal vez era necesario que el grupo coordinador fuera más pequeño y que podría ser conveniente que el MEIF fuera parte del CNIH, entre otras ideas. Lo cierto es que nunca ni UNFPA ni la CNB hablaron con transparencia con el grupo coordinador del MEIF.
A la postre por ahí apuntaron las conclusiones de la evaluación por lo que se puede pensar que primero se decidieron los cambios y luego se hizo una evaluación para justificar tales decisiones.
A inicios de octubre con la incertidumbre sobre las perspectivas, a través de un correo electrónico informé a UNFPA que concluiría de manera definitiva mi colaboración a fin de mes. El 31 de octubre de 2022 tres personas concluimos nuestra colaboración en el MEIF.
En diciembre pasado otra integrante renunció al MEIF y en febrero de 2023 una más. Así que a la fecha sólo permanece uno de los siete integrantes iniciales.
Si tomamos en cuenta que al día de hoy el grupo coordinador lo integra una sola persona, se trabaja en un único estado, que no se cuenta con cooperación internacional para el MEIF y que la apuesta efectiva del gobierno federal es el CNIH, se tiene que reconocer que el MEIF es un proyecto que se truncó.
Este fracaso tiene diversas causas, una fueron las dificultades para que el equipo coordinador lograra cohesionarse, tener una visión homogénea e imprimir mayor celeridad a su trabajo. Otra causa fue que UNFPA, aunque sostiene el discurso de autonomía del MEIF, en realidad actúa bajo las órdenes e indicaciones del gobierno federal y particularmente de la CNB.
La causa de mayor peso para que éste proyecto se malograra fue la carencia de respaldo político pues, como ya se mencionó, la apuesta efectiva del gobierno federal siempre fue el CNIH, ahí se ha puesto todo el capital político, dejando al MEIF un mero apéndice de la política de identificación humana y sin ninguna relevancia.
El grupo coordinador siempre consideró que el CNIH era un proyecto adecuado y que si éste será la cabeza que dirija la política de identificación humana en el país, se requiere contar con una ruta de trabajo que explicite que le corresponde a cada actor como son el mismo CNIH, el MEIF y los Centros de Identificación Humana de Coahuila y Jalisco, entre otros.
A la fecha dicho plan no se conoce y posiblemente tampoco existe.
La experiencia internacional muestra que la identificación humana de una gran cantidad de personas, es una tarea de largo plazo, que requiere de grandes inversiones y nunca se logra la identificación de la totalidad. Contar con un plan que considere y responda a estos desafíos es una de las grandes deudas del actual gobierno.
Edgar Cortez Moralez