Portada del Volumen 1 del informe final del MEH. Foto: Jorge León / Cortesía Archivo Histórico del PRD
Factores de persistencia
Por: Edgar Cortez
La polarización en torno a la reforma del Poder Judicial hace casi imposible hablar de las reformas que siguen siendo necesarias para el país, pero también tiene el efecto que propuestas relevantes pasen inadvertidas. Revisemos una de éstas.
El pasado 16 de agosto el Mecanismo de Esclarecimiento Histórico (MEH) presentó ante víctimas de violaciones graves a Derechos Humanos, integrantes de organizaciones civiles y ciudadanía interesada, su informe Fue el Estado (1965-1990).
Este informe es el resultado del trabajo del MEH, uno de los cinco mecanismos de la Comisión para el Acceso a la Verdad, el Esclarecimiento Histórico y el Impulso a la justicia de las Violaciones Graves a los Derechos Humanos cometidas de 1965 a 1990, y posiblemente lo único valioso que nos quede.
El informe del MEH es un extenso documento y me interesa resaltar algunos aspectos clave. El primero es que el informe abre el Volumen 1 con este subtítulo: Fue el Estado 1965-1990: una nueva narrativa del periodo.
El informe hace un esfuerzo por abarcar la extensión y profundidad de la violencia represiva y mostrar que no sólo fueron violentados integrantes de los grupos armados sino que el alcance fue mucho mayor.
Este Informe da cuenta de la extensión y la intensidad de la violencia ejercida por el Estado Mexicano, de la amplitud del conjunto de personas y actores sociales que fueron víctimas de la lógica contrainsurgente del Estado. Miembros de organizaciones político-militares, de disidencias político-partidarias, de movimientos estudiantiles y de movimientos obrero-sindicales fueron blanco de esta violencia por motivos ideológico-políticos. Sin embargo, los hallazgos de esclarecimiento muestran de manera contundente que la represión del Estado no se circunscribió a esos ámbitos. Durante aquellos años, se buscó disciplinar a una variedad de poblaciones en las que el Estado infería semilleros de potenciales disidentes que cuestionarían su hegemonía.
Con toda la información que logran recolectar y los numerosos testimonios recabados por el MEH concluye que las violaciones graves a derechos humanos fueron sistemáticas y generalizadas.
En conjunto, el Informe de esclarecimiento histórico inaugura una nueva narrativa sobre este periodo de nuestra historia, que muestra que no fueron sólo tres sino, cuando menos, catorce grandes conjuntos de víctimas los que sufrieron directamente la violencia estatal en un marco contrainsurgente.
Tomado del Informe
La segunda clave está en el volumen 5, titulado: ¿Por qué sigue ocurriendo? Factores de persistencia de la violencia estatal tras 1990.
El informe explora y construye los nexos existentes entre la violencia de las décadas anteriores y las violencias actuales.
Por el contrario, hablar de factores de persistencia es buscar explicar por qué, a pesar de estos esfuerzos, hay prácticas y redes que trascendieron. Factores de persistencia es tratar entender a partir del pasado por qué no se ha logrado erradicar la tortura como método de investigación policial. Factores de persistencia es mostrar por qué los conjuntos de víctimas que el Estado persiguió durante el periodo 1965-1990 son aquellos que en su mayoría siguen siendo blanco de abusos y violaciones por parte de agentes estatales y otros actores corporativos y terceros interesados en perpetuar ciclos de violencia. Factores de persistencia es preguntarse cómo hay prácticas y estrategias gestadas en el núcleo contrainsurgente del Estado que han migrado al mercado de la violencia sirviendo al mejor postor al involucrar tanto a actores del crimen organizado como a actores estatales, por acción u omisión.
Tomado del Informe
Estos factores de persistencia son culturales, como el clasismo, racismo y la discriminación. Son económicos como la pobreza y la desigualdad y son institucionales como los que enlistamos a continuación.
Son las policías municipales, estatales y federales que se constituyeron para proteger al poder y siempre obedecieron a éste.
Son el Ejército usado para desaparecer, torturar y arrasar con personas y comunidades que exigían justicia.
Son las Procuradurías, más recientemente llamadas Fiscalías, que se organizaron para controlar la investigación penal en favor del poder político y sirvió para hostigar y encarcelar a los opositores. Fiscalías que nunca aprendieron a investigar pues les bastaba inventar culpables.
Son los poderes judiciales que convalidaron numerosas arbitrariedades e impusieron penas a todas luces injustas.
Son políticos corruptos que ejercieron el poder en beneficio propio y de sus camarillas.
Son líderes sindicales cuyo principal trabajo fue controlar a las trabajadoras y los trabajadores, amén de participar en su pauperización.
Todas estas instituciones, entre otras, cobijadas por una impunidad total y perene.
El gobierno del Presidente Fox no entendió esa persistencia y la alternancia política de aquel entonces dejo intacto estos factores de persistencia.
El actual gobierno, encabezado por el presidente López Obrador, tampoco logró modificarlos. Un ejemplo de lo anterior es la reforma al poder judicial que no se propone reformar el sistema de justicia y por tanto la justicia seguirá siendo será para unos cuantos y no para todas y todos.
Las recomendaciones que hace el MEH apuntan en le necesidad de un punto de quiebre de esos factores de persistencia pero es incierta la escucha y voluntad del próximo gobierno.